¿Quieres ser parte del proceso o del resultado?2 min read
Ver levantar a un atleta olímpico la medalla de oro es impresionante. O ver a un CEO arrasando con su industria inspira a muchos. También ver a un par de ancianitos gozar felices de su vejez, es estremecedor.
Los buenos resultados nos inspiran a todos. Todos queremos ser parte de cosas grandes, tener gloria, resultados, historia. Todos queremos llegar a tener algo que no tenemos hoy. Y nos enfocamos en obtenerlo.
Pero fácil se nos olvida el proceso. Se nos escapa de la mente muchas veces que para llegar al resultado, necesitamos pasar por los pasos y los hábitos. Y el proceso es duro. Requiere pasión, enfoque, disciplina. El proceso es aburrido. La inspiración no brota siempre.
Si quieres grandeza, busca ser mejor en el proceso de ser grande. El resultado vendrá por si mismo. Y si no viene, pues bueno, no tienes control sobre eso. Puede que compongas la mejor canción de la historia, y nadie la escuche. O puede que pintes de los mejores cuadros y nadie te los compre. Pregúntale a Van Gogh.
En su libro Deep Work, Cal Newport habla de cómo se nos ha olvidado el concepto de artesano, de maestro, de aprendiz. El maestro en un arte cualquiera, pongamos la madera, mira a su arte cómo el fin último. O al menos parte del fin. Un carpintero apasionado por su tarea, ama la madera, ama el hacer madera. También ama los muebles que produce, el arte que sale de sus manos, pero ver un mueble terminado es la satisfacción, no la razón. El atleta que ama su deporte, se derrite por el. Jugar bien, viene como resultado, como consecuencia.
Aprendamos a amar al proceso, independientemente de los resultados. Si te gusta programar, ama el buen código; si te gusta escribir, ama los buenos libros. Aprende de ellos. Con independencia de dónde esté tu corazón, ama el proceso que lleva a la cima en ese arte. No suelen salir buenos cuadros de pintores mediocres. No se hacen grandes pintores pintando poco.